English

miércoles, 28 de octubre de 2015

Y volvemos...




Hoy, tuve una experiencia bastante interesante. Habiendo salido con compañeros de trabajo, surgió el tema del “odio” contra un negocio en particular, por sus supuesta “manera de hacer las cosas.” Mientras escuchaba pacientemente como el individuo que empezó con el tema enumeraba sus quejas sinceras, no pude evitar notar la pasión evidente tras sus palabras. Lo que decía lo decía con convicción. Pero, cuando ya terminaba, no pude evitar preguntar si pensaría que las cosas serían mejor si el negocio en cuestión desapareciera del todo. La respuesta no fue tan clara como las acusaciones previas.

Pero en ese entonces, otra compañera intervino; alguien quien valoro mucho como persona y como compañera de trabajo, pero cuya opinión con respeto a la realidad no podría discrepar más de la su anfitrión. El punto que mencionó, era que este negocio, además de todas las faltas que el primer individuo le atribuía, también estaba involucrado en la política. Entonces, vi mi oportunidad.

¡Por supuesto!” contesté. “¿Qué esperas de un sistema en el cual el que tiene más plata, o mete más bulla, toma las decisiones?”

¿Pero, que es lo que preferirías?” me preguntó.

“Una monarquía,” repliqué.

Lo que vino después fue algo que ya he encontrado varias veces lidiando con los defensores inertes del republicanismo. “¡Pero solo tendrías a un cojudo a cargo!” me dijo. “¿Cómo ahora?” pregunté. “¡Pero es distinto!” me contestó. “¡Todos eran siervos!”

“Me parece que tienes una opinión prejuiciosa sobre lo que es una monarquía,” dije. “¿Sabes que hubo monarquías en todo el mundo hasta hace doscientos años, y que no todas fueron feudales, no?”

“Es que no lo estás viendo bien.”

En ese momento, el primer compañero, deseoso de evitar una paliza, interrumpió. “¡Cada uno tiene diez segundos para terminar!” dijo.

“Es un hecho,” continué, ‘que los genocidios y guerras más troces, junto con la mayor cantidad de gente viviendo en pobreza, han ocurrido durante gobiernos elegidos por “la voluntad de los pueblos.”’

“Es que no lo estás viendo bien,” me dijo nuevamente. Y ahí termino el tema.

Me parece que, hay algunos individuos (especialmente izquierdistas) que no pueden soportar la realidad y los hechos basados en la historia. Han sido tan indoctrinados para pelearse con “la derecha politica” que cuando la opción de una monarquía se les presenta (y es apoyada con evidencia) se desesperan y se trauman.

La conversación de esta noche me inspiró a retomar este blog, y crear una sección (que ya viene) tratando sobre los argumentos básicos en contra del republicanismo, basados en mi experiencia.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario